Biografía de Lucio Battisti

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Biografía - Emociones eternas
Lucio Battisti, el inolvidable cantautor, nació en Poggio Bustone, un pueblo de montaña de la provincia de Rieti, el 5 de marzo de 1943. Como todo lo relacionado con Battisti, un hombre siempre celoso de su intimidad, hasta el punto de desaparecer de los focos durante años, poco se sabe de su más tierna infancia: los escasos testimonios hablan de un niño tranquilo, bastante...cerrado y con problemas de peso.
La familia, completada por su hermana Albarita, es del tipo pequeño burgués popular en Italia en aquellos años: la madre ama de casa y el padre empleado de Hacienda. En Poggio Bustone, sin embargo, el apellido Battisti es muy común, y no es casualidad que la madre Dea también se llamara Battisti cuando era soltera. En 1947, la familia se trasladó a Vasche di Castel Sant'Angelo, cerca de Rieti, y tres añosmás tarde en Roma; durante las distintas vacaciones de verano, la ciudad natal seguirá siendo un destino fijo.
Ante esta laguna informativa, apenas colmada por los biógrafos, una declaración del propio cantautor, realizada en una entrevista de diciembre de 1970 para la revista Sogno, viene al rescate: ' Ya de niño tenía el pelo rizado y tan largo que la gente me confundía con una niña. Era un niño tranquilo, que jugaba con nada, un lápiz, un papel y a soñar. Las canciones vinieron después. Tuve una infancia normal, quería ser cura, oficié misa cuando tenía cuatro, cinco años. Pero una vez, porque estaba hablando en la iglesia con un amigo en vez deseguir el servicio -siempre he sido muy hablador- un cura nos abofeteó a cada uno en la cara. Puede que luego intervinieran otros elementos y me echaran de la iglesia, pero ya con este incidente había cambiado de opinión ".
En la capital, Battisti asistió a la escuela primaria y secundaria y se graduó como perito industrial en 1962. Por supuesto, ya llevaba tiempo manejando su guitarra y cantando canciones propias y ajenas, haciendo giras con amigos en algunos clubes, aunque su ambición con el paso del tiempo se fue convirtiendo cada vez más en la de querer ser cantante. Su padre Alfiero no eraestaba de acuerdo con las elecciones artísticas de su hijo, que aún eran puramente esbozadas. Se dice que en una de las muchas discusiones sobre el tema, Alfiero llegó a romperle una guitarra en la cabeza a Lucio.
La primera experiencia en una banda es en el otoño de 1962 como guitarrista de 'I Mattatori', un grupo de jóvenes napolitanos. Llegan las primeras ganancias, pero no son suficientes; pronto Lucio Battisti cambia de banda y se une a 'I Satiri'. En 1964, la banda viaja a Alemania y Holanda para tocar: una excelente oportunidad para escuchar la música de Dylan y los Animals. El primer compromisoLa carrera en solitario de Battisti llegó cuando el Club 84 de Roma le llamó.
El cantante demostró enseguida que tenía las ideas claras y una buena dosis de ambición; de aquella experiencia sacó la clara sensación de que tocar en un grupo no era de su agrado, por lo que decidió probar suerte en solitario en Milán, considerada en aquella época una especie de "Meca" de la canción de autor. Aquí, a diferencia de muchos de sus coetáneos que aceptan trabajos alternativos para llegar a fin de mes, él no se doblegó antesoluciones de compromiso y, atrincherado durante semanas en una casa de huéspedes de las afueras, persigue un objetivo sin distracciones: prepararse lo mejor posible de cara a una reunión con una importante discográfica.
En 1964 compuso sus primeras canciones junto a Roby Matano, y luego lanzó su primer single de 45 rpm, 'Per una lira'. El dato curioso es que los productores decidieron no poner su cara en la portada porque se consideraba que tenía poco 'atractivo', así que se llegó a un compromiso, mostrándole de cuerpo entero, de espaldas, abrazando a una chica, mientras que en las dos destacaba la reproducción de una liretta,moneda que ya era muy rara en aquella época.
En 1965, el encuentro decisivo con Giulio Rapetti, uno de los "letristas" más conocidos de la escena italiana, bajo el seudónimo de Mogol. Ambos encontraron una simbiosis adecuada que duraría felizmente más de tres lustros, durante los cuales escribirían juntos algunos de los hitos de la música pop italiana.
En 1968, con 'Balla Linda' Lucio Battisti participó en el Cantagiro; en 1969, formando pareja con Wilson Pickett, presentó 'Un'avventura' en Sanremo. La afirmación decisiva llegó el verano siguiente, en el Festivalbar, con 'Acqua azzurra, acqua chiara'. Pero los años de Battisti fueron sin duda los setenta y ochenta, inaugurados con dos canciones de gran éxito, 'La canzone del sole' y 'Anche per te',grabó para su nuevo sello, que fundó con algunos amigos y colaboradores, y que llevaba el emblemático nombre de "Numero Uno". A partir de ese momento, se anotó una impresionante serie de éxitos, verdaderas obras maestras, todas en lo más alto de las listas de éxitos. Además, quizá no todo el mundo sepa que Battisti fue también autor para otros, editor y compañía discográfica, distribuyendo éxitos paraMina, Patty Pravo, la banda Formula Tre y Bruno Lauzi.
Pero el gran éxito que alcanzó no menoscabó esa dimensión intimista y familiar que Lucio Battisti siempre favoreció en su vida. Más único que raro, mantuvo el contacto con el público sólo a través de sus discos y de alguna que otra entrevista concedida a la prensa, ignorando la televisión y los conciertos, retirándose al campo. Con el fin de hacer mejores productos yA la altura de sus expectativas, primero montó su propio estudio de grabación en casa y más tarde, en busca de un sonido cada vez más moderno, buscó estudios óptimos en Inglaterra o Estados Unidos.
Sus discos siempre han sido fruto de un trabajo largo y meticuloso en el que nada se ha dejado al azar, ni siquiera el arte de la portada. Las consecuencias de esta escrupulosidad han sido los elevadísimos costes de muchas de sus producciones, aunque el producto final nunca ha traicionado las expectativas ni de quienes lo hicieron o ayudaron a hacerlo, ni del público al que iba destinado.
El 9 de septiembre de 1998 falleció Lucio Battisti, causando gran conmoción y emoción en Italia, país que siempre le había querido y apoyado a pesar de su ausencia durante una década del primer plano mediático. La hospitalización y la enfermedad, previas a su muerte, estuvieron dominadas por un silencio casi absoluto sobre su verdadero estado de salud.
Hoy, tras su muerte, su casa es objeto de un incesante flujo de admiradores y simples curiosos. Dada la concurrencia, una escalera especialmente construida permite ver de cerca el balcón donde el artista solía tocar su guitarra en su juventud.