Biografía - Muchas identidades

Nacido el 24 de enero de 1776 en Konigsberg (Alemania), hijo del jurista Christoph Ludwing Hoffmann y de Luise Albertine Doerffer, más tarde cambió su tercer nombre de Wilhelm por el de Amadeus en homenaje a su gran compatriota Wolfgang Amadeus Mozart. En 1778, sus padres se separaron y Hoffmann fue confiado a su madre, que lo educó en el hogar de los Döerffer.

De este modo, el joven Ernst creció prácticamente en la familia de su tío materno Otto Dörferr. Sin embargo, la educación del futuro escritor estuvo mucho más influenciada por su tío abuelo Vöthory, un antiguo magistrado, que orientó al joven hacia la carrera jurídica. En 1792, comenzó a estudiar derecho en la Universidad de Konigsberg y, al mismo tiempo, cultivó su pasión por la música estudiandoviolín, piano y composición.

En 1795, se graduó con éxito y comenzó su carrera como magistrado, pero al año siguiente, el curso de su vida se vio ensombrecido por la muerte de su madre, a la que estaba especialmente unido. Además, su relación con "Cora" Hatt, la bella alumna de violín que había conocido cuando empezó a dar clases muy joven, se vino abajo. La causa principal fue la hostilidad de su familiade ella, que teme por su propia respetabilidad.

Su tío consiguió entonces que Ernst fuera trasladado a la corte de Glogau, en Silesia, donde conoció a varios artistas e intelectuales, entre ellos el pintor Molinari, el músico Hampe y el escritor von Voss. Su aguda sensibilidad por la música se fue acentuando, mientras que las febriles lecturas de Rousseau, Shakespeare y Laurence Sterne encendían su pasión por la literatura.

Abrumado por estas turbulencias interiores, rompe su relación con Cora y se compromete con su prima Minna Döerffer.

Acusado de ser el autor de algunas caricaturas de oficiales de la guarnición, fue enviado como castigo a la ciudad polaca de Plock. Entre tanto, su inquietud sentimental le llevó también a abandonar Minna, en favor de una joven católica polaca, Maria Thekla Rorer. En 1803 publicó su primera obra literaria "Carta a un clérigo de convento".a su amigo de la capital" en la revista Der Freimutige.

En 1806, los franceses ocuparon Varsovia. Hoffmann se negó a jurar lealtad a los invasores y fue privado de su empleo. Sin embargo, ahora seducido por el arte, intentó dar sus primeros pasos como compositor y pintor. Los clientes, sin embargo, rehuyeron el realismo caricaturesco de sus cuadros, como tampoco lo hicieron sus sinfonías, arias, sonatas y obras de teatro (hoy en gran parte perdidas, aparte de Aurora, Prinzessin Blandine,Undine y el ballet Harlekine), tendrán mejor suerte.

Por ello, aceptó el puesto de maestro de capilla en Bamberg que le ofreció el conde Soden. Sin embargo, pronto tuvo que abandonar sus actividades como director de orquesta, dedicándose únicamente a componer para el teatro y a publicar artículos y críticas musicales para revistas de la época (son famosas sus reseñas críticas de la obra de músicos como Beethoven, Johann Sebastian Bach y su amado Mozart).

Cabe señalar, en este contexto, cómo su apego a la civilización clásica, representada a sus ojos "ante todo" por Mozart, le impidió valorar en su justa dimensión el inmenso alcance artístico, teórico y espiritual de Beethoven, especialmente en lo que respecta a la última y desoladora fase del genio de Bonn.

Mientras tanto, Ernst Hoffmann escribía mucho y se esforzaba por seguir también una carrera literaria o, al menos, que se publicaran sus obras. La primera señal positiva llegó en 1809, cuando una revista publicó su primer cuento, "El caballero Gluck".

Pero su actividad docente en el campo de la música también es ferviente, y no sólo desde el punto de vista profesional. Fue mientras daba clases de canto a Julia Mark cuando estalló una intensa relación, que también desembocó en matrimonio. Gracias a esta relación, entre otras cosas, la actividad literaria del escritor dio un giro importante, aunque tras la derrota de Napoleón, fue restituido en su puesto demagistrado gracias también a la intervención de Hippel.

Mientras tanto, se publica el cuarto volumen de cuentos fantásticos y su novela más famosa, "El elixir del diablo" (así como la primera de los mundialmente famosos "Nocturnos"), en la que aparecen temas muy queridos por Hoffmann como el desdoblamiento de la conciencia, la locura y la telepatía.

De hecho, Hoffmann es más recordado por sus relatos (que, en realidad, al principio fueron malinterpretados por ser "demasiado extravagantes y morbosos"), cuya originalidad radica en haber introducido elementos fantásticos, mágicos y sobrenaturales en la descripción de la vida cotidiana normal: en sus historias se alternan la razón y la locura, las presencias demoníacas y la evocación escrupulosa de épocas históricas.

Tampoco hay que olvidar que Hoffmann es un autor fundamental para el análisis y la investigación del tema del "Doble", bien conocido sobre todo en la literatura posterior, desde Stevenson hasta Dostevskji.

Otros títulos dignos de mención son "Experiencias y confesiones de Sor Mónica", "La princesa Brambilla", "Maestro Pulce", "Kreisleriana" (título que también retomó Schumann para uno de sus conocidos "polípticos" para piano), "El hombre de arena" y "La señorita Scùderi".

Jacques Offenbach se inspiró en la vida y el arte de este personaje para componer la maravillosa obra musical "Los cuentos de Hoffmann" (que contiene la ensoñadora "Barcarola").

Ernst Theodor Amadeus Hoffmann murió en Berlín el 25 de junio de 1822, con sólo 46 años.