Biografía - Tenacidad y voluntad de vencer

Stefania Belmondo, campeona italiana de la noble pero agotadora disciplina del esquí de fondo, nació en Vinadio, provincia de Cuneo, el 13 de enero de 1969.

Su madre Alda, ama de casa, y su padre Albino, empleado de Enel, la pusieron a esquiar por primera vez a la tierna edad de 3 años.

Stefania pasó su infancia en las montañas de Cuneo y empezó a esquiar en los blancos campos nevados frente a su casa. Los primeros esquís -recuerda Stefania- eran de madera, de color rojo y construidos con amor por su padre, para ella y su hermana Manuela. Parece que al principio (un poco como todos los niños) Stefania prefería el trineo.

Asistió a la escuela primaria y a varios cursos de esquí. De carácter fuerte, testaruda y enérgica desde niña, Stefania Belmondo encontró en el deporte la oportunidad de descargar su energía.

Empezó a participar en algunas competiciones y enseguida obtuvo resultados positivos. En 1982 entró a formar parte de la Selección Regional del Piamonte, y en 1986 de la Selección Nacional Juvenil. Stefania Belmondo debutó en competiciones de la Copa del Mundo en la temporada 1986/87, una época en la que si un atleta italiano terminaba entre los 30 primeros puestos, podía calificarse de acontecimiento excepcional.

La temporada siguiente se incorporó al equipo A de la selección nacional. A principios de 1988 ganó sus primeras medallas en los Campeonatos del Mundo Júnior: fue segunda en los 5 km y tercera en el relevo. Gracias a sus resultados, la joven Belmondo fue convocada como reserva para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988 en Calgary (Canadá): debido a la lesión de otra atleta, participó en cuatro carreras.

Por si alguien aún no se había fijado en ella, el nombre de Stefania Belmondo empezó a ser noticia en la temporada 1988/89: participó en los Campeonatos del Mundo de Lahti (Finlandia), quedando décima y undécima; ganó dos medallas de oro en los Campeonatos del Mundo Júnior (la primera mujer italiana en ganar un oro en un campeonato del mundo); ganó tres títulos generales italianos.

En 1989, ganó su primera carrera de la Copa del Mundo en Salt Lake City (EE.UU., la primera mujer italiana en ganar una carrera de la Copa del Mundo) y terminó la Copa del Mundo en segundo lugar.

La serie de éxitos comenzó y parecía imparable: en la temporada 1990/91 ganó varias carreras de la Copa del Mundo, en los Campeonatos del Mundo de 1991 en Val di Fiemme obtuvo una medalla de bronce en los 15 km (su primera medalla individual) y una de plata en el relevo. La temporada siguiente subió al podio de forma constante y en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1992 en Albertville (además de un quinto puesto en los 15 km, un cuartoen los 5 km, una segunda en los 10 km y una tercera en el relevo) ganó la ansiada medalla de oro en la agotadora prueba de 30 km (la primera mujer italiana en ganar una medalla de oro olímpica). Incansable, terminó la última Copa del Mundo en segunda posición. En 1992 Stefania ingresó en el Cuerpo Forestal del Estado.

En 1993, participa en sus segundos Campeonatos del Mundo y gana dos medallas de oro individuales: en 10 y 30 km. En abril de ese mismo año, se somete a una operación del hallux valgus de su pie derecho. Comienza un largo calvario de cuatro años para Stefania Belmondo.

Tras una segunda operación, voló a Noruega en febrero de 1994 para participar en los Juegos Olímpicos de Lillehammer. La estrella italiana fue otra gran reina del esquí de fondo italiano, Manuela Di Centa, cuya rivalidad con Stefania dio mucho que pensar a los periodistas deportivos. Manuela Di Centa se llevó a casa dos medallas de oro, dos de plata y una de bronce. Stefania Belmondo ganó dos medallas de bronce:Teniendo en cuenta su rendimiento postoperatorio, el médico le aconseja que lo deje, pero la terquedad de Stefania prevalece.

Los grandes resultados a los que estaba acostumbrada ya no llegan, pero Stefania no se rinde. Hace una gran reaparición durante la temporada 1996/97 y después de muchos años vuelve a ganar en la técnica clásica, en la que el pie operado le causa bastantes problemas. Participa en su cuarto Campeonato del Mundo absoluto y gana cuatro medallas de plata, todas detrás de la fortísima rusa Valbe. ¡En una carrera Stefania se queda a sólo un centímetro!

Luego, en 1988, fue el turno de los Juegos Olímpicos de Nagano (Japón): quedó tercera en el relevo y segunda en los 30 km.

La temporada siguiente fue otra extraordinaria, salpicada de numerosos podios y coronada con dos oros en los Campeonatos del Mundo de Austria, más una plata en el relevo.

La última temporada competitiva de Stefania Belmondo fue la 2001/02: 10 años después de la anterior, ganó una reñida medalla de oro olímpica, así como una medalla de plata en los 30 km. Terminó en tercer lugar en la clasificación final de la Copa.

Stefania Belmondo fue a lo largo de toda su carrera una atleta de extraordinaria tenacidad, que encarnaba de manera única el espíritu de la disciplina de la que era campeona. Su rostro comunicaba la fatiga y el esfuerzo con la misma fuerza con que su sonrisa comunicaba la alegría de la victoria en la línea de meta.

Hoy Stefania es una madre feliz (su hijo Mathias nació en 2003), está comprometida socialmente, sigue siendo miembro del Cuerpo Forestal del Estado y colabora con la Federación de Deportes de Invierno.

En 2003 salió a la venta su libro "Faster than eagles my dreams" (Más rápido que las águilas, mis sueños).

Su último gran logro deportivo fue desempeñar el prestigioso papel de última portadora de la antorcha en la ceremonia inaugural de los XX Juegos Olímpicos de Invierno de Turín 2006; para Stefania Belmondo, encender el brasero olímpico fue una emoción tan grande como ganar el oro olímpico.